La Guerra del Pacífico: Los Héroes Olvidados, Los que Nunca Volverán 

 

 

 

 

Un hombre solo muere cuando se le olvida

*Biblioteca Virtual       *La Guerra en Fotos          *Museos       *Reliquias            *CONTACTO                              Por Mauricio Pelayo González

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Cuando a tu paso tropieces con una lápida, aparta la vista para que no leas: AQUÍ YACE UN VETERANO DEL 79. Murió de hambre por la ingratitud de sus compatriotas.

Juan 2º Meyerholz, Veterano del 79

 

 

     Condecoraciones

 

 

 

 

 

11 de Junio de 1881

Ocupación de Paita por el Comandante del monitor “Huáscar” y notas cambiadas entre el Cuerpo Consular y el Jefe político y militar de dicha plaza. [1]

 

OCUPACIÓN DE PAITA.

 

Paita, Junio 11 de 1881

 

En nombre del Supremo Gobierno de Chile vengo a tomar posesión pacífica y tranquila de la ciudad, en la cual V. S. desempeña el cargo de sub-prefecto.

Espero la inmediata contestación de V. S. para hacer efectiva su ocupación.

Dios guarde a V. S.

EMILIO VALVERDE

Al señor Sub-prefecto de la provincia de Paita.

***

Paita, Junio 11 de 1881.

Recibido el oficio de V. S. de esta fecha, en que me co­munica que a nombre de su Gobierno viene a tomar posesión pacífica y tranquila de esta ciudad, todo lo que puedo dar en respuesta es: que estando indefensa como está esta plaza, puede V. S. desempeñar su cometido como lo encuentre por conveniente.

Dios guarde a V. S.

MIGUEL MANZANARES.

***

Emilio Valverde, Capitán de corbeta de la armada de Chile, Comandante del monitor “Huáscar” y Jefe po­lítico y militar de Paita.

Por cuanto en uso de las facultades que se me han con­ferido; con esta fecha he decretado lo que sigue:

Art. 1° Todos los habitantes de la provincia de Paita y sus vecindades de ésta, quedan sometidos al imperio de la ley marcial.

Art. 2° Las fuerzas de mi mando prestarán decidido apoyo y protección a las personas o intereses neutrales, igualmente a los habitantes nacionales que no hayan to­mado armas contra las fuerzas de Chile en la presente guerra.

Art. 3° Los ciudadanos peruanos que hayan tomado alguna parte en la presente campaña, para disfrutar de la garantía consignada en el artículo anterior, deberán presentarse a mi despacho dentro de cuatro días, conta­dos desde hoy, para firmar una acta por la cual se obligan a no hacer armas contra Chile.

Art. 4° Toda persona que tuviese armas en su poder, municiones o cualquier  artículo de guerra, se presentará a entregarlos al jefe policía que nombro al efecto, en el término de cuarenta y ocho horas, contadas desde la promulgación del presente bando.

Art. 5° Los infractores del artículo anterior incurri­rán en una multa equivalente al doble valor del arma u objeto de guerra que tuvieren en su poder, a cuyo va­lor tendrá derecho el denunciante.

Art. 6° Toda persona para salir de la provincia, ten­drá que obtener un pasaporte expedido por la autoridad militar.

Art. 7° Ninguna embarcación podrá durante el día, sin permiso especial, salir de los límites de la bahía; y desde la puesta de sol, hora que será determinada para el arreo de la bandera del buque de mi mando, queda completamente prohibido el tráfico dentro de ella.

La infracción de este artículo será penada con la destrucción de la embarcación sorprendida y sus dueños castigados según acuerdo militar.

Art. 8° Cualquier intento de hostilidad a las fuerzas de mi mando, por algunos o por la mayoría de los habitantes de esta provincia, será repelido inmediatamente con el bombardeo o destrucción de la ciudad, si así se es­tima conveniente.

Por tanto, y para que llegue a conocimiento de todos, publíquese por los diarios y por carteles, que se fijarán en los lugares más públicos de esta ciudad.

Dado en la casa de Gobierno, en Paita, a 11 días del mes de Junio de 1881.

EMILIO VALVERDE.

***

ACTA

En la ciudad de Paita, a 11 de Junio de 1881, reuni­dos en junta para tratar de asuntos de alta importancia de la localidad, los señores Emilio Valverde, Jefe político y militar del departamento, el Vice-Cónsul de S. M. B. señor Alejandro Blacker y los vecinos de la localidad se­ñores Carlos P. López, Vice-Cónsul de los Países Bajos, y los señores Baltasar Poblete, Manuel León S. y Manuel Gil, acordaron:

1° El señor Emilio Valverde, por su parte, prestar decidido apoyo y protección a los intereses neutrales y del país, lo mismo que a sus habitantes, con las fuerzas de su mando, y dar al comercio todas las facilidades que estén en sus atribuciones.

2° Los demás señores que componen la junta, en re­presentación de la localidad, se comprometen: A.—Formar una Guardia Urbana que cuidará del or­den y de todos los intereses de la ciudad. B.—Suministrar diariamente a las fuerzas de ocupación, en la persona que el Jefe de ellas designe, los víve­res y artículos para el sostenimiento de ellas, y cuya minuta corre por separado, la cual ha sido entregada al señor Gil para su cumplimiento, que se hará efectivo des­de el Lunes 13 del actual.

3° Se celebró también el acuerdo de que la Guardia Urbana pueda disponer de los rifles para su cometido du­rante la noche, los cuales los recibirán de esta Jefatura a las 6 P. M, hora en que se recibirán del cuidado de la ciudad, y los entregarán nuevamente a las 7 A. M., en que se recibirán las fuerzas de ocupación. El uso de revólveres se permitirá únicamente a las personas que hayan obtenido permiso de esta Jefatura política y militar.

Al cumplimiento de las estipulaciones anteriores, fir­maron.— Emilio Valverde.—Alejandro Blacker.— Carlos P. López.—Baltasar Poblete.—Manuel León Seminario. —Manuel Gil.

DECRETO

Emilio Valverde, Capitán de corbeta de la armada de Chile, Comandante del monitor “Huáscar” y Jefe po­lítico y militar de Paita.

Considerando:

Que bajo el pretexto de continuar la guerra con Chile, se recorren por algunas montoneras, poblaciones indefen­sas dependientes de esta provincia, despojando a las igle­sias de sus reliquias, y a sus habitantes destruyéndoles sus propiedades y barriendo con sus haciendas, decreto:

1° Todo individuo de esta provincia y de sus vecin­dades, que sea aprehendido presentando resistencia a las fuerzas de mi mando, o haciendo armas contra ellas, de hecho queda declarado montonero, y sin ningún otro trámite militar, será pasado por las armas.

2° Toda persona de esta provincia que sea sorpren­dida en comunicación con las montoneras a que se refiere el artículo anterior, será juzgada y sentenciada por el tribunal militar.

Dado en Paita, en la sala de despacho, a 9 días del mes de Julio de 1881.

EMILIO VALVERDE

***

NOTAS CAMBIADAS ENTRE EL CUERPO CONSULAR Y EL JEFE POLÍTICO Y MILITAR DE PAITA.

JEFATURA POLÍTICA Y MILIRAR DE PAITA.

Paita, Julio 10 de 1881

Señor:

Desearla tener conocimiento de las comunicaciones cambiadas entre el Cuerpo Consular de esta provincia con la autoridad de Piura, referentes ellas a la suspensión del tráfico del ferrocarril de Paita a Piura.

Con sentimientos de consideración y alto respeto, tengo el honor de suscribirme atento y seguro servidor.

EMILIO VALVERDE.

Al señor Decano del Cuerpo Consular de Paita, Vice-Cónsul de S. M. B., don Alejandra Blacker

***

VICE-CONSULADO DE S. M. B.

Paita, Julio 16 de 1881

Señor:

Tengo el honor de acusar recibo de su atenta de esta misma fecha, y en contestación, incluirle copias exactas de las comunicaciones cambiadas hasta la fecha entre el Cuerpo Consular de esta provincia con la autoridad ac­tual de Piura.

Con sentimientos de consideración y alto respeto, tengo el honor de suscribirme atento y seguro servidor.

ALEX BLACKER

Al señor Jefe político y militar de este puerto.

***

COPIAS

Paita, Julio 14 de 1881

Señor:

Los infrascritos, en nuestro carácter consular, tenemos el honor de dirigirnos a V. S. para ponerle al corriente del estado de alarma natural en que se encuentra esta población, por consecuencia de la súbita medida que nos ha privado del agua, abastecida regularmente por el fer­rocarril, cuyas locomotoras han sido desarmadas en Sullana, y sus principales piezas trasportadas a esa capital.

Muy lejos de nosotros la idea, de interpretar en tal o cual sentido el éxito a que obedece el medio de que se ha hecho uso en Sultana; pero no podernos abstenernos de hacer a V. S. algunas consideraciones en obsequio a la clase pobre y desvalida de este pueblo, prometiéndonos que V. S., en su ilustrado y recto criterio, las juzgará de­bidamente.

La falta de agua en este puerto no perjudica, en mane­ra alguna a las fuerzas chilenas, que suponemos son a las que se trata de asediar, pues dichas fuerzas tendrán agua suficiente condensada en el buque que las protejo. Lue­go, ¿quiénes van a sentir o sienten ya los desesperantes efectos de la privación del agua? Son, señor, las mujeres y los niños, y en general la gente menesterosa, que forma la mayoría de la población de este puerto.

Cumpliendo, pues, un deber de humanidad y haciéndo­nos eco de los clamores de esa considerable porción de peruanos a que hacemos referencia, nos hemos permitido distraer la atención de V. S. para suplicarle respetuosa­mente que ordene sea restablecido el tráfico de este fer­rocarril.

Somos de V. S., con la mayor consideración, muy atentos y seguros servidores.—Alex Blacker,— Carlos P. Ló­pez.- Arturo Pomareda T.

Al señor Prefecto del departamento de Piura

***

PREFECTURA DEL DEPARTAMENTO DE PIURA

Piura, Julio 15 de 1881

Señores:

Se ha recibido en este despacho el apreciable oficio de VV. SS., datado ayer, relativo a obtener de mi autoridad que, en obsequio de la clase pobre y desvalida de ese pue­blo, se restablezca el tráfico por ferrocarril en la ribera del Chira, teniendo en consideración que, por su medio, se surte de agua el vecindario.

He pesado debidamente, antes de dictar mis órdenes sobre suspensión del tráfico del ferrocarril, entre otras razones las que VV, SS. hacen valoren su apreciable oficio; pero estando de por medio altos intereses que sufrirían gravemente si el tráfico se restableciera, he decidido que por ahora quede en suspenso hasta mejor oportunidad.

Los pueblos, cuando deciden a toda costa defender sus más caros derechos, deben hacer frente a los mayores sa­crificios. Por la salvación de los más, no es injusto ni hor­rible que algo sufran los menos. En la época que alcan­zamos, las complacencias y las debilidades de carácter, acabarían por perdernos completamente.

Las razones apuntadas y la consideración de que, antes del establecimiento de la línea férrea, el vecindario de Paita se surtía de agua por otros medios, que pueden establecerse sin grandes sacrificios, han determinado mis procedimientos.

Aplaudo el celo de VV. S.S. por la clase desvalida de Pal­ta, y me permito manifestarles que siento obligada mi gratitud, toda vez que comprendo el noble móvil que ha inspirado el oficio que contesto. Desgraciadamente, las vicisitudes de la guerra imponen leyes tremendas que es preciso acatar cuando se entra de lleno en su espinoso camino.

Por lo demás, me es grato aprovechar esta oportunidad para ofrecer a VV. SS. las seguridades de distinguida consideración, con que soy de VV. SS. muy atento y obsecuente servidor.

MANUEL A. NEGRON.

A los señores Cónsul de los Estados Unidos de Colombia y Vice-cónsules de la Gran Bretaña y Países Bajos en Paita

***

JEFATURA POLÍTICA Y MILITAR DE PAITA.

Paita, Julio 18 de 1881

Señores:

Para impedir que la población carezca en parte del agua de que podía disponer antes de la interrupción del ferrocarri1 de Paita a Piura que la conducía a este puerto, queden Uds., señores de la junta municipal accidental, el envase suficiente para entregarle 2.000 litros de agua diarios, como cantidad mínima. Me permito suplicar a Uds. se encarguen de su repartición en la población co­mo lo estimen por más conveniente.

Dios guarde a Uds.

EMILIO VALVERDE

A los señores de la Junta Municipal

***

Paita, Julio 19 de 1881

Señor:

Hemos recibido su apreciable comunicación datada ayer, que tiene, por objeto ofrecer a la población por nuestro conducto 2.000 litros de agua diariamente, de cuyo elemento se carece por haberse interrumpido el ferrocarril. Al efecto, nos pide V. S. que le facilitemos los enva­ses suficientes para conducirla de a bordo y que nos en­carguemos de su distribución entre los vecinos del puerto.

Muy reconocidos al procedimiento de V. S., que salva una situación violenta para los moradores de esta población, aceptamos en su nombre, dándole a la vez las mere­cidas gracias por la cantidad de agua que V. S. les obse­quia, y actualmente nos ocupamos de reunir envases y acordar los demás detalles para la distribución del líquido.

Somos de V. S. muy atentos seguros servidores.—Manuel Gil.— Alex Blacker.—Baltazar Poblete,—Carlos P. López — Manuel León Seminario.

Al señor Jefe político y militar del puerto.

 


 

[1] Ahumada Moreno, Pascual. Tomo V. Páginas 471 a 473

 

 

 

 

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