La Guerra del Pacífico: Los Héroes Olvidados, Los que Nunca Volverán 

 

 

 

 

Un hombre solo muere cuando se le olvida

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Cuando a tu paso tropieces con una lápida, aparta la vista para que no leas: AQUÍ YACE UN VETERANO DEL 79. Murió de hambre por la ingratitud de sus compatriotas.

Juan 2º Meyerholz, Veterano del 79

 

 

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Combate de  Agua  Santa

El 3 de noviembre partieron las tropas aliadas con rumbo a Dolores, pues tenían noticias de que el Ejército chileno se encontraba ahí, por lo cual corrían el riesgo de ser aislados por éste desde Antofagasta y Tarapacá. Debían contrarrestar la situación saliendo al encuentro del Ejército enemigo dejando solamente a la división Ríos al resguardo del puerto.

Fue enviada una avanzada compuesta por los Húsares de Junín y los Húsares de Bolivia al mando del capitán Sepúlveda a espiar las posiciones chilenas, encontrándose en la pampa de Germania el 6 de noviembre con dos escuadrones de cazadores de Chile al mando de Sofanor Parra, capitán Manuel Barahona y José F. Vergara.

Las caballerías por lo general entran al combate para decidirlo o bien finalizarlo, pero esta vez era distinto. Esta vez ellas serían los protagonistas.

Estaba a punto de entablarse uno de los combates más impresionantes de la guerra, un combate entre caballerías.

Al avistar las fuerzas enemigas el Capitán de Caballería Sofanor Parra detuvo la marcha de su tropa para prepararse para el combate, se alzó en sus estribos y ordenó cargar.

Fue la orden del Capitán y junto con el vibrante toque de corneta los jinetes y cabalgaduras se lanzaron contra las tropas enemigas. Los Húsares aliados se abrieron para lanzarse a la carga, mientras la caballería chilena se aprestaba al choque. Los chilenos, al galope tendido, chivateaban como lo hacían los ancestros araucanos, los sables y lanzas en ristre brillaban bajo el sol del desierto y sus cabalgaduras llevaban las colas horizontales y las orejas gachas haciendo retumbar el suelo con sus pezuñas.

El choque de ambas caballerías fue impresionante. Al encontrarse frente a frente en el centro de la pampa de Germania hombres y bestias eran uno, los sables al aire brillaban tintos en sangre luego de rebanar al enemigo.

La batalla era sangrienta. Los chilenos rompieron por el centro la formación de los Húsares arroyándolos y obligándolos a huir, alejándose los de Bolivia hacia el sur y los de Junín hacia el norte.

Los Cazadores chilenos, que contaban con una mejor caballería, salieron en persecución del enemigo, arrollándolos y matándolos a todos, incluyendo al valiente capitán Sepúlveda. También los "Cazadores" despedazan el destacamento de retaguardia aliado en Pampa Germania.

Los aliados pierden unos 60 hombres muertos, entre ellos el capitán Sepúlveda, los chilenos 3 muertos y 6 heridos.

Después del combate se ordenó tocar “llamada” al clarín para atraer la atención de los Cazadores que seguían persiguiendo enemigos y así reunirlos.

José Francisco Vergara, civil,  que tenía el grado de Coronel asimilado, luchó bravamente junto a sus hombres, ganándose el respeto  y consideración de éstos.

 

 

 

 

Los Mutilados

 

 

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Viña Corral Victoria ;  Una Viña Patriota

 

 

 

 

 

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