La Guerra del Pacífico: Los Héroes Olvidados, Los que Nunca Volverán
Un hombre solo muere cuando se le olvida |
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*Biblioteca Virtual *La Guerra en Fotos *Museos *Reliquias *CONTACTO Por Mauricio Pelayo González |
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Batalla de Miraflores |
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Cuando a tu paso tropieces con una lápida, aparta la vista para que no leas: AQUÍ YACE UN VETERANO DEL 79. Murió de hambre por la ingratitud de sus compatriotas. Juan 2º Meyerholz, Veterano del 79
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En Miraflores, al igual que en Chorrillos, el dictador peruano, instaló sus hombres en una línea defensiva tan larga, que los soldados de un extremo no podrían acudir en ayuda del otro, pensando que el Ejército chileno atacaría por todo el frente, suposición que resultó falsa, llevando al fracaso y a la muerte a sus valientes hombres y a la capital peruana. La población de Miraflores está a sólo seis y medio kilómetros de Lima, sobre una línea férrea que une la capital peruana con Chorrillos, vale decir que si los chilenos ganaban esta batalla caía Lima. Mediante los oficios del cuerpo diplomático acreditado en Lima se había acordado una tregua de agresión entre las tropas de ambos países, buscando la posibilidad de acabar de una vez con la guerra. A medio día, Baquedano fue a recorrer la línea de avanzada en compañía de su jefe de estado mayor y el coronel Pedro Lagos, en busca de un lugar para instalar las divisiones Lynch y Sotomayor, pero se aproximaron imprudentemente hacia las líneas peruanas, las cuales pensando en que los chilenos atacarían, abrieron fuego contra ellos creando gran confusión y dando con esto terminado el armisticio Tan pronto se sintió el fuego, la división Lagos, que estaba en descanso adelantada en la línea chilena, contestó el fuego. La batalla comenzó a cobrar una inusitada violencia. La situación de la división chilena se hizo crítica, siendo auxiliados por los Zapadores y el regimiento Valparaíso. La batalla se hace general en todo el frente. A las 4 PM, los chilenos habían logrado equilibrar la acción y amenazando en avanzar, enviando a la caballería a atacar el flanco izquierdo de las fuerzas del coronel Suárez que progresaban hacia el sur. Pese al valor y la decisión de las tropas de los coroneles peruanos Suárez y Dávila, los chilenos fueron tomando una a una las trincheras adversarias y a las 6 PM toda la línea defensiva del Perú, estaba en poder de los chilenos, mientras los restos desbandados de las unidades del Ejército limeño huían por la llanura y muchos soldados peruanos aprovecharon el caos para saquear las casas de Lima en medio de la confusión. Otros asesinaron civiles, especialmente chinos, quemándoles sus puestos y quemándolos vivos. Solo pudieron ser detenidos por una guardia de extranjeros que se tuvo que formar para la ocasión. La línea defensiva del Ejército de Piérola se había hundido, mientras él ya había huido lejos del lugar antes de finalizada la batalla y con ello la posibilidad de evitar que los chilenos entraran a Lima. El Ejército chileno sufrió pérdidas terribles en combate, 2.124 bajas entre muertos y heridos, o sea más de un 25% de los efectivos que entraron en combate. Entre las bajas habían muchos oficiales de alta graduación del Ejército.
Miraflores Versión Peruana
Ocurrida la derrota de San Juan, el 13, quedaban todavía, a una legua de la Capital Peruana, la segunda línea, impropiamente fortificada, cuya defensa estaba encomendada al pequeño Ejército de reserva de 6.000 hombres. Era esta una larga línea curva de once a doce kilómetros que, comenzaba cerca del mar pasando por encima de Miraflores e iba a concluir mas allá de la hacienda Vásquez en el Valle de Ate; y sus fortificaciones que quedaron en su mayor parte incompletas, consistían en un escaso número de cañones sobre las colinas sin obra alguna de defensa, y en cinco así llamados reductos, que en realidad eran únicamente mezquinas trincheras, o zanjas, con insuficientes defensas de tierra por delante. Cerca de 3.000 hombres del Ejército activo, los que se encontraban en los intervalos de las cinco trincheras del ala derecha, y cerca de 2.500 del Ejército de reserva que ocupaban esta misma trincheras, fueron los únicos que se batieron contra el Ejército chileno (16,000 a 17,000 hombres) Sin embargo, aun habiéndose quedado solos, estos escasos batallones de reserva, que habiéndose reducido casi de una tercera parte por la metralla de la escuadra y los repetidos asaltos defendieron valerosamente sus posiciones cerca de una hora más de iniciada la batalla... estos batallones en los cuales combatía la parte más selecta de la población de la capital, dieron prueba durante más de tres horas de la más denodada resistencia, de abnegación y de valor no común, principalmente los de la Segunda y Tercera trinchera donde por su posición sobre la vía férrea y sobre la carretera se desarrolló la acción más importante de la batalla: de estos batallones formaban parte la inmensa mayoría abogados, magistrados, grandes propietarios, banqueros, ex ministros y diputados etc. El primero y el segundo Comandante del Batallón N 6 que defendían la tercera trinchera, Narciso Colina y Natalio Sánchez (ex diputado) morían valerosamente en sus puestos; y si el destino perdona la vida al abogado y ex presidente de la Cámara de Diputados Ramón Ribeyro que mandaba el batallón N 2 al cual estaba confiada esta trinchera, no le evita el dolor de ver caer a su lado uno después de otro a sus amigos mas queridos, personajes de Lima y la República, que militaban a sus órdenes. La abnegación con la cual todos estos hombres generosos sacrificaron sus vidas en aras de la patria fue la mejor respuesta que podían dar....
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