La Guerra del Pacífico: Los Héroes Olvidados, Los que Nunca Volverán
Un hombre solo muere cuando se le olvida |
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*Biblioteca Virtual *La Guerra en Fotos *Museos *Reliquias *CONTACTO Por Mauricio Pelayo González |
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Coronel Juan Nepomuceno Vargas Quintanilla |
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Cuando a tu paso tropieces con una lápida, aparta la vista para que no leas: AQUÍ YACE UN VETERANO DEL 79. Murió de hambre por la ingratitud de sus compatriotas. Juan 2º Meyerholz, Veterano del 79
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Militar de profesión, el Coronel Juan Nepomuceno Vargas Quintanilla nació en Lima y tuvo destacada participación durante la Guerra del Pacífico, tanto en la Campaña de la Breña como en la patriótica Batalla de Acuchimay (1882), al mando del batallón "Libres del Cuzco" No. 11 (fuerte de 750 plazas, armado de Peabody y con 150 tiros por plaza). Dicha batalla se llevó a cabo luego del enfrentamiento entre Andrés Avelino Cáceres y el Coronel Arnaldo Panizo. En un principio, Cáceres y Panizo tenían la convicción de no aceptar el Gobierno de García Calderón por ser un Gobierno impuesto por el Ejército chileno. Pero intereses políticos hicieron cambiar de opinión al General Cáceres, cosa que fue inaceptable para Panizo y su segundo en mando Juan Nepomuceno Vargas Quintanilla, pidiendo ambos reiteradas veces la renuncia de Cáceres para evitar una guerra civil interna. En defensa de los principios y la patria, el encuentro de armas se llevó a cabo en el Cerro Acuchimay, en el Sur del Perú, cuando el Ejército de Cáceres lo atacó. En junio de 1914, el Coronel Juan Nepomuceno Vargas Quintanilla envió una esclarecedora carta al hijo de su entrañable Coronel Panizo (fallecido en 1892), en la que sostuvo lo siguiente: "Fui el autor de que el Ejército que comandaba su señor padre, Coronel D. Arnaldo Panizo, firmara una acta desconociendo al Jefe de la Quebrada, General Cáceres, y juramentándonos a sacrificarnos en aras de la Patria, doquiera que se presentara el enemigo común, pues no habíamos dejado nuestros hogares y familias para estar jugando a revoluciones...". Prosiguió, al narrar lo acontecido luego del lamentable encuentro de armas en el Cerro Acuchimay: "...y concluyó con estas palabras el General Cáceres: "Está bien, Coronel, está Ud. Preso. Mi Mayor- dirigiéndose al jefe de su escolta: reciba Ud. La espada del Coronel"- a lo que contestó el Coronel Panizo: "Está bien, mi General, pero que conste que entrego mi espada vencedora y no vencida". Finaliza en su carta Vargas Quintanilla: "Al oír este diálogo y ver el final, me dirigí al Coronel Panizo y le dije: "Mi Coronel, yo no obedezco más órdenes que las de Ud.; ¿Qué hago con mi tropa?.- El Coronel Panizo me contestó: "Coronel Vargas, resígnese a seguir mi suerte, y caiga sobre el General Cáceres la responsabilidad ante la Nación, de toda la sangre derramada el día de hoy". Contrajo nupcias con una dama de apellido Gamarra, y tuvo nutrida descendencia en la ciudad de Lima, entre los que se cuentan prestigiosos diplomáticos (Juan Vargas-Quintanilla y Gonzalo Zapater Vargas-Quintanilla), profesionales de la construcción (Ing° Rafael Vega Vargas y Arquitecto Tomás Vega Vargas), y el excelentísimo Arzobispo de Lima y III Cardenal del Perú Augusto Vargas Alzamora S.J.. Del Perú son ramas descendientes de Vargas Quintanilla: los Silva Santisteban, Moncur, Vega Bustíos, Vega Castro-Sayán, Benavente, Smith, etc. *Cortesía don Diego Vega C.
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