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La Guerra del Pacífico: Los Héroes Olvidados, Los que Nunca Volverán 

 

 

 

 

Un hombre solo muere cuando se le olvida

*Biblioteca Virtual       *La Guerra en Fotos          *Museos       *Reliquias            *CONTACTO                              Por Mauricio Pelayo González

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RAMÍREZ MOLINA, ELEUTERIO

 

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Cuando a tu paso tropieces con una lápida, aparta la vista para que no leas: AQUÍ YACE UN VETERANO DEL 79. Murió de hambre por la ingratitud de sus compatriotas.

Juan 2º Meyerholz, Veterano del 79

 

     Condecoraciones

 

 

Natural de la ciudad de Osorno.

Hijo de José Ramírez y Marcelina Molina.

Ingresa como subteniente de Ejército en 1855.

Asciende de a poco en la carrera militar hasta llegar a ser nombrado Teniente coronel y comandante del Batallón 2° de Línea el 5 de Mayo de 1874, comandando a sus hombres en el conflicto en la frontera sur del país.

Al estallar la guerra del Pacífico, es la primera unidad de los batallones de infantería de Línea en trasladarse al norte.

Comanda el ataque a Calama en 23 de marzo de 1879, contra un puñado de defensores bolivianos, muchos de los cuales eran civiles.

Tomada la plaza, se le ordena regresar a Antofagasta y en el paso por el río Loa pierde a 4 de sus queridos soldados que mueren ahogados, lo que lamentó mucho.

Participa en el asalto a Pisagua, y en la de San Francisco llega cuando ya el combate estaba decidido.

Enviado a Tarapacá en busca de las fuerzas peruanas, escribe el 25 de noviembre a su esposa la siguiente carta en la que contaba detalles de lo ocurrido: "Llegamos al campo de batalla cuando todavía se disparaban algunos cañonazos. El enemigo ha huido vergonzosamente, abandonando toda su artillería, gran número de municiones, con las que, en cajones, ha sembrado los caminos por donde se han ido, y muchas armas de todos sistemas.

La división a que yo pertenezco y que está compuesta de los cuerpos, de que ya te he hablado, está ahora de vanguardia en los establecimientos salitreros de Santa Catalina, que están situadas en Pampa Negra. En los momentos que te escribo, estamos alistando la tropa, para salir en la noche con 2500 hombres. Nos vamos sobre Tarapacá, en donde se nos ha dado aviso que se reúnen los dispersos del ejército enemigo bajo las órdenes del General Buendía. Se ha sabido estos por seis prisioneros tomados hoy, y como es necesario no perder tiempo en estas circunstancias, marcharemos pronto sobre el enemigo para desbaratarlo por completo.

Ruega al altísimo para que me vuelva sano y bueno al seno de la familia."

Sabía que la expedición a Tarapacá sería su muerte y a Vivar le dice: "Nos llevan al matadero"

Herido y tras horas de combate muere en la batalla tras vaciar el cargador de su pistola, para ser quemado vivo por los enemigos.

La carta a su esposa Gabriela Medina llega después de su muerte.

 

 

 

 

Los Mutilados

 

 

Monumentos

 

 

 

 

Viña Corral Victoria ;  Una Viña Patriota

 

 

 

 

 

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