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La Guerra del Pacífico: Los Héroes Olvidados, Los que Nunca Volverán
Un hombre solo muere cuando se le olvida |
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*Biblioteca Virtual *La Guerra en Fotos *Museos *Reliquias *CONTACTO Por Mauricio Pelayo González |
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GUTIÉRREZ MORALES, HIPÓLITO JOSÉ |
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Cuando a tu paso tropieces con una lápida, aparta la vista para que no leas: AQUÍ YACE UN VETERANO DEL 79. Murió de hambre por la ingratitud de sus compatriotas. Juan 2º Meyerholz, Veterano del 79
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En el nombre sea Dios y del Carmen zoberana, pido permiso a mi pecho para esplicar mis campañas por mar, tierra y quebradas, por arenales y pampas. Hipólito Gutiérrez Así empiezan las memorias escritas por este simple soldado en el libro Crónicas de un soldado en la Guerra del Pacífico, donde el gran Hipólito nos cuenta todas sus desventuras. Nace en octubre de 1844 en Bulnes. Hijo de Francisco Gutiérrez y Tránsito Morales. Dedicado a la agricultura como su familia y amigos, decide enrolarse en el ejército para defender a Chile de la agresión de dos países. Se enrola en el batallón cívico movilizado Chillán y parte al norte en busca de aventura y como él dice a disfrutar cada batalla como si fuera una fiesta. Se encuentra en las acciones de Tacna, y escribe, a todo el ejército que daba gusto y quebraba corazones, y ¡viva Chile!, y tirábamos los quepis para arriba, y cuando hemos sentido un bombazo de los cañones de nosotros y de ai otro bombazo y otro y (o) tro más, y siguimos avanzando para adelante y la artillería también a una lomita que había más adelante y les empezó a dar fuego otra vez la artillería dos o tres bombazos y veímos que las granadas fueron a caer en medio de los enemigos. Triunfante le toca las batallas de Chorrillos y Miraflores, narrando el final de la última: Vamos andando el Chillan que vienen carros blindados con cañones de Lima. Nosotros miramos y veímos venir una máquina que no se alcanzaba a destinguir bien porque el sol se había dentrado, y seguimos para la linia a ponerlos en unas múralas que cerca estaba de la linia aesperar la máquina para darle fuego y otros a cortar la linia (78), le alcanzaron a sacar dos rieles y cuando hemos sentido unos bombazos de nuestra escuadra en la mar que les tiró a la máquina. Pasaban las balas cerquita de nosotros que se los abría el corazón de gusto y veímos que le acertó a la máquina en la frente que chispió donde le dio la bala y no avanzó más (79), ai mismo se quedó humiando, y luego les tiró otro bombazo la escuadra, ese cayó en Miraflores encima de las casas porque al poco rato lo veímos incendiarse el pueblo (80) y quedo la cosa en sosiego. Nosotros no los movimos de ahí, ai mismo alojamos. Hay muchos heridos y muertos, chilenos y cholos. Esta traición tan grande que los hicieron estos cholos traicioneros del andar pidiendo las paces para pillarlos descuidados y mi general que se confió tanto, pero como los chilenos que somos andamos a la buena si peliamos peliamos a pecho descubierto, no como estos traicioneros y maricones cholos que no andan no más que con traiciones, atrincherados y torpedos y polvorazos, pero de nada les sirve, todo es en vano, para el chileno todo se abarraja y todo se desarma porque no hay temor ni se vuelve las espaldas, ¡Viva Chile! Vuelve a Chile y muere soltero en Bulnes el 18 de Diciembre de 1901
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