A 140 años de los combates de Iquique, traigo a la vida a Juan Bravo Muñoz, otro de los niños héroes que tan buen servicio prestó a la patria aquel día 21 de Mayo de 1879, pero en este caso a bordo de la Goleta Covadonga.

La historia popular nos dice que este joven grumete que se dice nació en la localidad de Llico. Al momento de filiarse en la Marina de Chile, contaba con 16 años solamente.

Su historia "oficial" dice que su apellido era Millacura y que era mapuche, y que debió cambiarse el apellido pues pudo ser discriminado. Raro concepto que no afectaba en esos años como hoy, y de igual forma, no tiene sentido si es que en las distintas unidades de ejército y marina entre sus filas hay muchos quienes tenían apellidos mapuches.

Los documentos nos dan datos que deben ser reales, y por ello podemos decir que él se enrola como Juan Bravo, natural de Chile, hijo e Francisco Bravo y Bernarda Muñoz.

Pequeño como era, contando solo con 1,50 mts. de altura, se comportó como todo un veterano y héroe el día del combate.

Otras historias que se cuentan y que lamentablemente no se investigan y se dan por ciertas, es que con su fusil dio solo él, muerte a 16 tripulantes de la Independencia que trataban de disparar a la Covadonga. Es imposible negar que nuestro grumete haya tenido buena puntería y que haya dejado fuera de combate a enemigos, pero es imposible que haya matado a 16 hombres, si las bajas (muertos) de la tripulación peruana solo fueron 6 y entre ellos se cuentan uno ahogado.

Juan Bravo, un niño héroe, que no necesita de fantasías ni que se inventen historias sobre su participación u origen para ser considerado un gran héroe y ser digno del recuerdo de todos los chilenos.