Cuando a tu paso tropieces
con una lápida, aparta la vista para que no leas: AQUÍ YACE UN VETERANO DEL
79. Murió de hambre por la ingratitud de sus compatriotas.
Juan 2º Meyerholz,
Veterano del 79
Condecoraciones
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Conociendo a los Héroes Olvidados de la Guerra del Pacífico, por
Mauricio Pelayo González...
Una vez más vengo a presentarles a un soldado chileno, pero a
diferencia de sus compañeros, vestía bombachas y avanzaba palmo a palmo
con quienes avanzaban con pantalones, en las filas de una de las
unidades más reconocidas de nuestro ejército, el regimiento 4° de Línea.
Nos referimos a la cantinera Belarmina Josefa del Carmen Herrera Poblete,
mujer brava que con el 4 en su kepí no pidió tratos preferenciales sobre
sus compañeros, si no solo la oportunidad de servir a Chile como uno
más, palmo a palmo en cada acción con sus camaradas.
Había nacido igual que su compañera de peripecias en el morro, la
cantinera Irene Morales en el año 1848, contando también con 31 años.
Hija de Demófilo y Mercedes, sentó plaza voluntaria de soldado el 10 de
Octubre de 1879 en el 4° de Línea, encontrándose en las acciones de
Pisagua, San Francisco, Tacna, Arica, Chorrillos y Miraflores.
Tomada la capital peruana, nuestra cantinera se da cuenta que su deber
de chileno ya está cumplido y regresa a Chile junto as tropas del
general Manuel Baquedano González en Marzo de 1881.
Su carrera comenzó como soldado José del Carmen Herrera, ya que como
mujer no podía ser contratada, hasta que llega un merecido ascenso a
Cabo 2° el 15 de marzo de 1880 como recompensa de los servicios y
abnegación con que se distinguió en la campaña. El grado se lo dio
directamente el comandante del cuerpo don José Domingo Amunátegui
haciendo que sea reconocida desde allí con su verdadero nombre y como
cantinera Josefa del Carmen Herrera. Su situación en el ejército desde
ese día quedó reconocida pública y oficialmente por sus superiores y
compañeros.
De regreso a Chile, el gobierno la hace merecedora de las medallas y
barras acordadas por las acciones donde combatió.
Reconocida ya, regresa a su vida normal y a su vida como costurera.
Contrae matrimonio con Juan de Dios Santis ya con avanzada edad y con
quien no deja descendencia.
Muere en Santiago el 21 de Agosto de 1919. Sus restos son acompañados
por muchos compatriotas y camaradas de armas. Antes de proceder a
depositarlos en el Mausoleo de Veteranos del 79, donde nuevamente
coincide con Irene Morales. Hacen uso de la palabra don Domingo de Toro
Herrera, don Vicente Zegers entre otros veteranos.
Las palabras resonaron en todo Chile: "En el incesante desfile hacia
este lugar de eterno reposos de aquellos que hace 40 años fueron
enviados a defender nuestra nacionalidad amenazada,se nota por
excepción, que jefes, oficiales y soldados de la guerra de Pacífico,
vengamos a acompañar hasta él el cadáver de alguna de esas abnegadas
personas del otro sexo que con nosotros compartieron las rudas pero
gloriosas tareas de a campaña. Muchas de ellas como nosotros ofrendaron
entonces a la patria su propia sangre y recorrían aquellos campos de
batalla en los que combatíamos, conjuntamente con sus padres, sus
esposos y sus hijos para prestar oportuno auxilio a os que caían
muertos, heridos o fatigados, en defensa del nombre de Chile.
Inclinémonos compañeros y amigos con todo respeto ante los despojos
mortales de a que fue cantinera del 4° de Línea, Carmen Herrera, que
venimos a sepultar en este sitio, donde duermen ya el eterno sueño
tantos de nuestros compañeros de armas que fueron también sus colegas en
el mutuo sacrificio por la patria."
La historia que narro hoy de nuestra gloriosa cantinera, nos demuestra
que no fueron olvidadas nuestras heroínas por sus compañeros de armas,
fueron olvidadas, como todos los veteranos por el estado y por el resto
de los chilenos que no participamos en esa gloriosa epopeya que fue la
gesta de 1879.
Leamos sobre nuestros héroes, limpiemos sus tumbas, estudiemos sus
vidas, narremoselas a las nuevas generaciones. Eso es lo que debemos
hacer para sacarlos de un olvido triste y frío. Un me gusta en FB o un
inútil honor y gloria no serán nunca suficientes en agradecimiento a
todo lo que a nosotros dieron.
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Un hombre solo muere cuando se le olvida....
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Los Mutilados
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