El  11 de Julio de 1880, muere tras varios d�as de agon�a por unas tercianas que le atacaron en los valles cercanos a Tacna el h�roe que con mucho orgullo y cari�o me es de honor traer hoy a la vida y el recuerdo de todos.

Ulises Barahona Romero, el tercero de los 4 hijos que Manuel y Mariana, sus padres ofrecieron a la patria.
Nacido en Santiago, con 20 a�os, se enrola en el regimiento de Granaderos a Caballo junto al que se encuentra en las acciones de Pisagua y San Francisco, como meros observadores ya que no entraron en acci�n, pero tuvo la suerte de ser del pu�ado de los elegidos para ir a la quebrada de Tarapac� donde toma parte de una de las acciones m�s gloriosas de la caballer�a, cargando contra las fuerzas peruanas, para salvar de forma parcial a la infanter�a chilena que se encontraba totalmente superada. Mientras esto ocurr�a, su hermano Tel�sforo, abanderado del 2� de L�nea, entregaba su vida en honor de Chile en la misma batalla.

Avanzando su escuadr�n hacia las pr�ximas campa�as en Buenavista y Tacna junto a los bravos jinetes demuestra como siempre el valor e importancia de nuestros centauros. Tras el triunfo sobre el ej�rcito aliado en el campo de la Alianza, contrae la enfermedad que lo llevar�a a la muerte el 11 de Julio de 1880.

Sus restos fueron enterrados en el cementerio de Tacna y en tumba identificable, gracias a que su hermano Manuel, oficial del Cazadores fue jefe de polic�a durante la ocupaci�n.

M�s de 100 a�os despu�s, mi gran amigo Rodrigo  G�mez Campos encuentra su tumba y me da la oportunidad de ponerme a investigar para poder repatriarlo. Como no hubo mayor inter�s en las autoridades, me fue necesario buscar los descendientes de sus hermanos sobrevivientes a la guerra, para obtener los permisos y traerlo a Chile. Grande mi suerte en encontrar a la descendencia del menor de los hermanos, Filomeno que dej� familia en Per� y del mayor Manuel, que aun viven en Chile. (Unidos desde ese momento).

Con los permisos correspondientes, el Cementerio Cat�lico de Santiago don� un mausoleo para su descanso eterno y los gastos de traslado. Tras 127 a�os vuelve a su patria y tuve el honor de ser part�cipe en esto.
Hoy pueden visitarlo en el Cementerio Cat�lico en el Patio de los H�roes.